jueves, 3 de octubre de 2013

CONQUISTA, COLONIA, INDEPENDENCIA, PORFIRIATO Y REVOLUCIÓN MEXICANA

INTRODUCCION


A lo largo de la historia del ser humano sin lugar a dudas una de las etapas que marco su evolución fue la descubrimiento del nuevo mundo. Aunque desde un periodo remoto se tenían teorías de que el mundo era redondo fue hasta el siglo XV que en busca de comprobar esta teoría zarpan tres barcos pensando que llegarían a tierras indias, es por eso que a los primeros habitantes se les denomino indios, pero no les tomo mucho tiempo para darse cuenta de que no estaban en Asia si no en nuevo continente nombrado América en honor a Américo Vespucio a quien tanto el tratado como el mapa atribuían el descubrimiento. Este suceso colocó a la corona Española como primera potencia durante tres siglos continuos, ya que la mayoría de minerales valiosos como el oro y la plata eran sustraídos del suele que actualmente corresponde a México. Las grandes culturas que fueron dominadas contaban con grandes conocimientos y lograron ser grandes civilizaciones, entre las más destacables se encontraban la Olmeca reconocida como una de las primeras civilizaciones, la maya y la Mexica o Azteca, esta última ocupo el primer lugar y dominio sobre las demás culturas ya que contaba con un ejército bastante fuerte. Transcurrido el tiempo y cansados de los abusos de la corona española en 1810 se inicia el movimiento de independencia con criollos, indios y mestizos que buscaban la igualdad. Cien años después se inicia otro movimiento armado por parte de los campesinos que buscaban derrocar el poder de Porfirio Días quien llevaba 31 años en el poder, un lema conocido de ellos era que las tierras eran de quien las trabajaba. A continuación se dará una breve explicación sobre lo comentado, destacando fechas importantes al igual que los principales personajes.  





LA CONQUISTA Y COLONIZACION MEXICANA


      Se refiere al proceso histórico por el cual diversas potencias europeas conquistaron y establecieron sistemas de dominación colonial en el continente americano, desde finales del siglo XV hasta el siglo XIX. Este proceso implicó la desaparición de los grandes imperios americanos, particularmente el Imperio inca y el Imperio azteca, así como el colapso demográfico de la población americana. Simultáneamente, las potencias coloniales impusieron el uso generalizado de idiomas europeos en América, principalmente el español, el inglés y el portugués.
 América fue poblada y ocupada en toda su extensión, muy probablemente por culturas asiáticas que ingresaron al continente por el área de Beringia, en el norte. La población americana, realizó dos revoluciones neolíticas originarias, en Mesoamérica y en Norte Chico (Perú), que expandirían culturas agrocerámicas por todo el continente y generarían dos grandes centros de alta civilización.
Las culturas y civilizaciones en América surgieron y se desarrollaron sin contacto con las culturas y civilizaciones africanas, asiáticas y europeas, por lo que resulta adecuado hablar de la existencia de dos mundos: los llamados "mundo antiguo" (africano, asiático y europeo) y "nuevo mundo" (americano). Las culturas mesoamericanas habían denominado a la tierra que ellos alcanzaron a conocer con los nombres de Abya Yala o Cem Anahuac.
Se sabe de la existencia de los restos de un efímero asentamiento vikingo en el ártico canadiense. Por esta razón en los Estados Unidos, se celebra como fiesta nacional, el día del explorador vikingo Leif Eriksson, en memoria de los primeros noruegos en arribar a los Estados Unidos de América.




LA COLONIZACION EUROPEA

En contraposición de otros colonizadores a lo largo de la historia como ingleses, portugueses u holandeses los colonizadores españoles desde un primer momento aceptaron a los indígenas como personas dotadas de alma y por ello centraron parte de su esfuerzo en adoctrinarles y convertirles a la religión , la cual creían salvaría sus almas, la católica.
El papa Alejandro VI, en sus bulas Inter Caetera estableció la obligación de la Corona de Castilla de convertir a todos sus súbditos, incluidos los amerindios, al cristianismo, en su vertiente católica romana. Las tareas para lograr la conversión se realizaron mediante una gran variedad de procedimientos y una considerable cantidad de misioneros de distintas órdenes partieron de España hacia América a tal fin.
Los métodos adoptados para obtener la conversión fueron muy diversos. Una de las fórmulas empleadas para la cristianización de los indios fue la conocida como doctrina; se trataba del compromiso adquirido por el conquistador para que fueran evangelizados (adoctrinados) todos los indígenas que le habían correspondido en sus repartimientos; los niños debían recibir las enseñanzas religiosas todos los días y los adultos tres días a la semana. El convento fue el centro neurálgico de la evangelización y en torno a él se configuraron numerosas poblaciones. En él atendían los religiosos a las necesidades espirituales de los nuevos cristianos al mismo tiempo que a las materiales, ya que junto a las dependencias de culto y habitación de los frailes, disponían de enfermerías, escuelas y talleres. Los mismos misioneros desempeñaron un importante papel en la aculturación del indígena, al poner un especial empeño en su incorporación a las actividades artesanales de tradición europea, como parte destacada de su educación. La escuela de San José de los Naturales, creada por los franciscanos en México, o las organizadas por el obispo Vasco de Quiroga en Pátzcuaro (Michoacán) son una constante referencia para comprender diferentes proyectos de vida para el indígena a partir de su incorporación al cristianismo. En ellos están presentes muchas de las ideas procedentes de los movimientos utópicos de la edad media y del renacimiento, que encontraron en América un terreno propicio para su puesta en práctica.
Con la llegada de los europeos cristianos a América, se originó un intenso debate teológico y legal sobre la naturaleza de sus habitantes para su incorporación, expulsión o destrucción mediante la guerra de los territorios que serían dominados por el Imperio español. Esta polémica se saldó con la oposición de la Corona española a su esclavitud y la incorporación de los nativos americanos como súbditos de la Corona española con todos sus derechos. Otras potencias europeas como Inglaterra y Portugal no los considerarían como iguales y en los territorios dominados por ellos el trato seria de esclavitud.



CONQUISTA Y COLONIZACION DE MEXICO


La fundación de Tenochtitlan tuvo lugar hacia 1325 por los aztecas de la familia náhuatl, que, procedentes del norte, llegaron en busca de mejores climas y más fáciles medios de vida. Según la leyenda, el emplazamiento estuvo determinado por el hallazgo de un águila en lucha con una serpiente sobre un nopal, imagen que ha pasado a formar parte de las armas nacionales. Otras ciudades existían en la región (Tacubaya, Texcoco, Tlaxcala), pero ninguna era tan importante y bella como Tenochtitlan. Bernal Díaz del Castillo describió sus canales y sus grandes edificios. La isla sobre la que se encontraba la ciudad se comunicaba con tierra firme por tres calzadas que todavía subsisten, convertidas en calles o caminos: la meridional a Ixtapalapa, por donde entraron los españoles; la occidental a Tlacopan, por donde tuvo lugar la retirada de Cortés; la septentrional, actual calzada a Guadalupe, que llevaba hasta Tepeyac. Las calzadas se interrumpían por canales, salvados mediante puentes levadizos, y estaban orladas por verdaderos jardines, flotantes, de los que son los últimos representantes las Chinampas de Xochimilco.

LA CAPITAL AZTECA
La ciudad era, según las descripciones de los contemporáneos, una de las mayores y más bellas de la época. En el momento de la Conquista se calcula que en lo que hoy es el Distrito Federal vivían de 570.000 a 600.000 personas. Habitaban casas de adobe rojo muy poroso, pero no faltaban los edificios monumentales, palacios y templos. Las casas tenían dos pisos y forma cuadrada, con un patio central adornado por pórticos y fuentes. Los espacios vacíos eran escasos y las calles, estrechas y tortuosas, estaban interceptadas por un laberinto de canales (72 según Francisco Cervantes Salazar), que cruzaban puentes; existía una doble comunicación, por agua y tierra, que hacia recordar a Venecia. Los barrios o calpulli tenían una clara estratificación social y funcional, visible en el hecho de que cada calle estaba ocupada por un oficio o profesión. Un sistema de diques protegía la ciudad contra las inundaciones, como el famoso de Moctezuma, de 12 km de largo y 20 m de anchura. Tenochtitlan tenía como centro al gran teocalli, situado cerca de donde hoy se eleva la Catedral: era el templo dedicado al dios de la guerra, Huitzilopotchtli, y al de las lluvias, Tláloc. Al oeste estaba el palacio de Moctezuma; al este, el de Axayácatl y el palacio nuevo de Moctezuma, Xocoyotzin; y al norte el tianquixtli, famoso mercado de Tlatelolco. El abastecimiento de agua estaba asegurado por los manantiales de Chapultepec.
Al norte de la plaza mayor salía el camino real hacia Tlatelolco (conquistado en 1473 por Tenochtitlan, que poseía otra gran plaza, dominada por el templo de Huitzilpochtli y la pirámide mayor; tenía gran interés por ser la sede de un importante mercado (la venta se realizaba por intercambio), y los granos de cacao desempeñaban el papel de moneda circulante). La situación de la ciudad hacía que no fueran necesarias las fortificaciones; sólo los templos y las principales mansiones tenían gruesos muros de piedra y se asentaban sobre plataformas. Los cuatro barrios de la ciudad no seguían una traza determinada, y las casas eran distintas según la posición social de los habitantes (unos 30.000 en el momento de la conquista); las chinampas albergaban chozas con techo de paja cubierta de lodo y paredes de varas. Las casas principales, asentadas sobre plataformas para protegerse de las inundaciones, eran de adobe o de piedra, no tenían ventanas y poseían un patio interior. No hubo casas de dos pisos hasta después de la conquista. Los aztecas habían resuelto el problema del saneamiento . El abandono de sus métodos por los españoles causó graves problemas. Desde mediados del Siglo XV la ciudad contaba con un dique en la zona oriental para evitar el desbordamiento del lago en épocas de lluvia, y con dos acueductos, el de Chapultepec y del Coyoacán.



ECONOMIA AZTECA
La agricultura constituía su base. Cultivaban gran número de especies pero el cultivo esencial era el maíz. La ganadería era muy pobre. Entre los pocos animales domesticados estaban el pavo y una especie de perro criada para consumir su carne. El desarrollo de la población del valle de México condujo a una situación de falta de tierras que ocasionaron guerras y emigraciones. Los aztecas llegaron tardíamente al valle, se vieron obligados a residir en las islas e idearon el sistema de islas artificiales o chinampas, que les permitió aumentar sus tierras de cultivo y alimentar a su creciente población. Otra forma de incrementar sus recursos agrícolas fue obligar a los pueblos vencidos a trabajar, destinando parte de su tierra para sostener el estado y el clero. La manufactura se hallaba en un estado artesanal muy primitivo. La mayor parte de los hogares eran autosuficientes pero había cierta especialización entre los poblados que generaba un pequeño intercambio.


ADMINISTRACION COLONIAL

Capital de un virreinato que extendía sus dominios desde California y Texas hasta Panamá, México se fue, poco a poco, convirtiendo en una de las principales ciudades del mundo. En 1600 tenía unos 15.000 h, de ellos 7.000 españoles. A mediados del s. XVIII tenía ya 90.000 y durante la segundad mitad de dicho siglo, merced a la interesante labor del virrey conde de Revillagigedo, a quien muchos han llegado a considerar como el verdadero fundador de la ciudad moderna, México empezó a ser lo que es hoy. Durante el gobierno del citado virrey se construyeron numerosos edificios, se pavimentaron las calles y se proporcionó a la ciudad alcantarillado y alumbrado público. Revillagigedo creó escuelas populares para los indios, fundó la Escuela de Minas, mejoró la administración de justicia, reorganizó la hacienda y la política, estableció un correo bisemanal entre la capital y las intendencias provinciales y mejoró todos los caminos del país. Con estas reformas la población aumentó y en 1790 dio la cifra de 112.992 h, que unos años después Humboldt estimó en 137.000. La mitad, aproximadamente, eran españoles, y existían unos 40.000 mestizos, mulatos o negros y unos 10000 indios. México llegó entonces a ser la primera ciudad de América y una de las mayores y más bellas del mundo. Era el centro del comercio interior de las provincias de Nueva España y también del de Ultramar por sus buenas relaciones con los puertos de Veracruz y Acapulco. Humboldt la llamó la "ciudad de los palacios"; estaba repleta de buenos edificios y contaba con más de cien iglesias y cincuenta conventos. Las calles, rectas y anchas (14 varas), estaban empedradas y enlosadas. Dos grandes acueductos de 900 arcos cada uno, hoy destruidos, conducían el agua potable hasta una fuente monumental construida en 1779 por el virrey Bucareli.


INDEPENDENCIA DE MEXICO

La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. Como respuesta, el ayuntamiento de México —con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento.
A pesar de la derrota de los criollos en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron pequeños grupos de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Tal fue el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron puestos en prisión. En 1810, los conspiradores de Querétaro estuvieron a punto de correr la misma suerte pero, al verse descubiertos, optaron por tomar las armas el 16 de septiembre en compañía de los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), convocados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

A partir de 1810, el movimiento independentista pasó por varias etapas, pues los sucesivos líderes fueron puestos en prisión o ejecutados por las fuerzas leales a España. Al principio se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes asumieron después posturas más radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón  convocó a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio. Tras la derrota de Morelos, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.
La rehabilitación de la Constitución de Cádiz en 1820 alentó el cambio de postura de las élites novohispanas, que hasta ahí habían respaldado el dominio español. Al ver afectados sus intereses, los criollos monarquistas decidieron apoyar la independencia de Nueva España, para lo cual buscaron aliarse con la resistencia insurgente. Agustín de Iturbide dirigió el brazo militar de los conspiradores, y a principios de 1821 pudo encontrarse con Vicente Guerrero. Ambos proclamaron el Plan de Iguala, que convocó a la unión de todas las facciones insurgentes y contó con el apoyo de la aristocracia y el clero de Nueva España. Finalmente, la independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821.
Tras esto, Nueva España se convirtió en el Imperio Mexicano, una efímera monarquía católica que dio paso a una república federal en 1823, entre conflictos internos y la separación de América Central.
Después de algunos intentos de reconquista, incluyendo la expedición de Isidro Barradas en 1829, España reconoció la independencia de México en 1836, tras el fallecimiento del monarca Fernando VII.



EL PORFIRIATO

Al reelegirse el presidente Lerdo de Tejada, Porfirio Díaz decidió rebelarse militarmente contra aquél. Formado en la guerra de Reforma y durante la intervención francesa, Díaz gozaba de gran prestigio entre los militares y de renombre en los círculos políticos del país. El triunfo del Plan de Tuxtepec, lo llevó a la presidencia de México para gobernar desde 1876 hasta 1911, con un breve intermedio generado por el gobierno de su amigo Manuel González.
En los 31 años de Porfiriato se construyeron en México más de 19,000 kilómetros de vías férreas gracias a la inversión extranjera; el país quedó comunicado por la red telegráfica; se realizaron inversiones de capital extranjero en minería, agricultura, petróleo, entre otros rubros y se impulsó la industria nacional.
Con la entrada de José Ives Limantour en Hacienda en 1893 surgió un auge de las compañías enajenadoras de terrenos comunes baldíos, se modificó la Constitución de 1857 para permitir la reelecciones y se aprobó la ley que otorgaba la gran explotación minera a los capitales de Estados Unidos y Gran Bretaña. Limantour, tras la crisis de 1892, abrió el país a la inversión extranjera y promovió la creación de nuevas industrias. La corrupción, el fraude electoral y la represión fueron las propuestas de la administración Díaz a las tensiones sociales, nacidas del contraste entre una oligarquía poderosa, controladora de los resortes económicos y políticos y una población de casi 13 millones de personas ligadas mayoritariamente a la tierra. La crisis de 1907 y las luchas de sucesión en el seno del gobierno favorecieron el inicio de la revolución mexicana, dirigida por Madero.
En este periodo se continuó el esfuerzo iniciado con Manuel González por superar la educación en todos sus niveles; hombres de la talla de Joaquín Baranda, Ezequiel Chávez, Enrique C. Rébsamen, Ignacio Manuel Altamirano y Justo Sierra Méndez le dieron lustre a este proceso que incluyó desde los jardines de niños hasta la educación superior, pasando por la formación de maestros.
Aunque Porfirio Díaz reiteraba que ya el país se encontraba listo para la democracia, realmente nunca quiso dejar el poder y en 1910, a la edad de 80 años, presentó su candidatura para una nueva reelección, la cual fue rechazada por el público obrero. Ante estos hechos, Francisco I. Madero convocó a la rebelión, la cual surgió el 20 de noviembre de ese año, y terminó con la entrada triunfal a la ciudad, derrotando al dictador.
Chihuahua fue el principal escenario de las derrotas porfiristas ya que Pancho Villa y Pascual Orozco conquistaron Ciudad Guerrero, Mal Paso, venció en la batalla de Casas Grandes, Chihuahua y la toma de Ciudad Juárez, por el Sur, Emiliano Zapata al frente de sus tropas campesinas, amagaban la capital y derrotaron en Cuautla el 5to. Regimiento de Oro (el mejor batallón del ejército federal) aunque irrelevantes en el plano militar, fueron las batallas que facilitaron el camino de los revolucionarios hacia la victoria contra la dictadura. Habiendo tenido esos fracasos en el terreno militar y otros en el plano de las negociaciones, Díaz prefirió renunciar a la presidencia y abandonó el país en mayo de 1911.

LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Revolución Mexicana fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 con un levantamiento encabezado por Francisco I. Madero contra el presidente Porfirio Díaz. Se caracterizó por varios movimientos socialistas, liberales, anarquistas, populistas y agrarios. Aunque en principio fue una lucha contra el orden establecido, con el tiempo se transformó en una guerra civil; suele ser considerada como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX en México. La Constitución de 1917 emanada del movimiento fue una de las más adelantadas del mundo que reconoció los derechos laborales colectivos y las garantías sociales.
Generalmente los historiadores dividen el conflicto en cuatro etapas:
Primera etapa (1910-1911); también conocida como revolución maderista en la que se derrocó a Porfirio Díaz.
Segunda etapa (1911-1913); Madero sube al poder y ordena el desarme de las diversas facciones, el principal opositor a Madero fue Emiliano Zapata que consideraba al presidente como un traidor que no estaba comprometido con la reforma agraria. El ejército federal llevó a cabo brutales represalias contra la rebelión campesina . La rebelión de Pascual Orozco es aplastada y éste huye del país.
Tercera etapa (1913-1914); una facción del ejército se levanta en armas contra Madero en el proceso conocido como decena trágica, Victoriano Huerta sube al poder. Se llevaron a cabo arrestos masivos de diputados considerados enemigos del gobierno y el congreso es disuelto. Las diversas facciones presentan de nuevo un frente unido para combatir la dictadura militar.
Cuarta etapa (1914-1917); tras la huida del país de Victoriano Huerta inicia la guerra entre convencionistas y constitucionalistas que culmina con la victoria de estos últimos.
Los antecedentes del conflicto se refieren a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876 el general oaxaqueño Porfirio Díaz encabezó el ejercicio del poder en el país de manera dictatorial. La situación se prolongó por 30 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.
Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.
En 1911 se realizaron nuevas elecciones donde resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el gobierno maderista. En 1913 un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un golpe de Estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Villa. Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.
A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la Convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir. En el reacomodo de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.
Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en el año de 1917, con la proclamación de la Constitución Mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940.




CONCLUSIÓN

Después de haber leído este ensayo podemos comprender que a pesar de las cosas malas que trajo consigo al unir el viejo y el nuevo mundo también trajo consigo cosas buenas para el ser humano, en el caso de las civilizaciones que se encontraban en el continente americano se les enseño hablar castellano y con ello vino la evangelización. Surgió el intercambio de especies vegetales y animales entre ellos podemos nombrar los caballos ya que estos animales no se conocían en el nuevo mundo. Al pasar los siglos y al lograr la independencia de México aunque formaran una constitución propia nos quedamos llenos de tradiciones pertenecientes a España y unas cuantas más a otras ciudades de Europa, la mezcla de razas también marco un significante episodio. Lo cierto es que también para que México se pudiera consolidar como una nación independiente tuvo que pasar por varias crisis ya fueran invasiones por parte de los franceses o la fuerte crisis económica que quedo a causa de tantos años de guerra. A esto viene que Porfirio Díaz haya llegado a ser uno de los presidentes mexicanos más importante y destacable por todos los grandes avances y aportaciones que trajo al país tanto en cuestiones laborales como en las artes. En 1910 ya cuando llevaba 31 años en el poder campesinos se levantan en armas por el abuso laboral que llevaban, peleaban sus tierras ya que era lo más justo porque ellos mismos eran quien las trabajaban. Después de cada guerra cada combate si la lucha fue por una causa justa vale el esfuerzo realizado es por eso que nosotros como mexicanos debemos sentirnos orgullosos de nuestras raíces y nunca olvidar a los héroes que nos dieron la patria, que lucharon aunque les costase la vida por nuestros derechos no solo como mexicanos si no al mismo tiempo como seres humanos.     





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